sábado, 13 de abril de 2013

Saltimbanqui DUNKIN

Imagino que todos conocemos el chiste ese que dice:

-Papá, papá... Llévame al circo!
A lo que el padre responde:
-Tranquilo hijo. Quien quiera verte que venga a casa.

Si, vale... lo sé... es viejo, pero... este blog es setentero. No? Juraría que ese chiste debe ser de esa época también, así que aunque se trate de un chiste malo... le sienta bien al blog ;-)

El caso es que con DUNKIN no era necesario que nuestros padres nos llevasen al circo, ni que nadie viniese a casa a vernos hacer el mono. DUNKIN, durante el año 1974 sacó al mercado una de sus más celebradas colecciones y que se convirtió, sin ningún género de dudas, en una estrella kioskera por excelencia que brillaba con luz propia; me refiero a los SALTIMBANQUI DUNKIN. Un sencillo juguete que demuestra que la teoría de que “menos es más” funciona de un modo casi indiscutible. Parece que actualmente los juguetes, para que sean comerciales y gusten a los niños, deben ser transformables, convertibles, sonoros, lumínicos y estar repletos de microchips en su interior que les permitan realizar múltiples funciones tales como: desplazarse solos y evitar obstáculos, responder y obedecer a nuestra voz, subir por las paredes, desviar satélites de su órbita previamente establecida por la NASA, y a ser posible... y ya puestos a pedir... que dichos juguetes hagan los deberes, la declaración de hacienda y las tareas de casa. Un juguete que no consiga eso hoy en día, está perdido y absolutamente condenado al más oscuro ostracismo.

Así parece que piensen los actuales fabricantes de juguetes, y por eso apuestan por cachivaches sofisticados, caros y en la mayoría de los casos poco duraderos. No obstante, DUNKIN partía de una base diametralmente opuesta. La idea era la de crear un producto con tres características fundamentales:

A) El producto en cuestión era una golosina, ya que principalmente, eso era lo que comercializaba la casa fabricante de DUNKIN, GALLINA BLANCA empresa especializada en alimentación y concretamente en caldos y pastas de sobre, pero dicha golosina iría acompañada de un gadged.
B) El producto tenía que ser barato.
C) El gadget/juguete debía ser funcional e incitar a la compra del producto ofreciendo una continuidad.

Todas las colecciones que GALLINA BLANCA lanzó al mercado con su chicle DUNKIN siguieron esa filosofía y todas fueron un rotundo éxito: desde sus primeras “Figuras del ZOO” (1967), las figuritas WARNER de la colección “Conejo de la suerte” (1968), los soldados de la II WW (1969), los muñequitos de ASTERIX (1970), los BEATNIKS (1971), los “Capuchones para lápiz” (1972), LUCKY LUKE (1973), el “Ajedrez” (1973), “Saltimbanquis” (1974), y los “Bustos del Far West” (1975).

Todas ellas se basaban en un atractivo sobre que contenía uno a varios chicles DUNKIN y las preciadas figuritas monocromas que incitaban a comprar nuevos sobres hasta completar las diferentes colecciones.

Los saltimbanquis DUNKIN causaron un especial furor. Cada sobre contenía dos tramos de escalera, un chicle y un saltimbanqui, todo por el módico precio de 5 pesetas. Los tramos de escalera eran de variados colores (creo que ocho distintos) y se empalmaban unos a otros pudiendo llegar a formar una escalera largíiiiisssiiimaaaaa... a través de la cual, el saltimbanqui, descendía dando divertidas volteretas.

Yo creo que no había crío que no tuviese su buen montón de escaleras y saltimbanquis de colores variados. Las horas del recreo eran de intercambio de aquellos colores que tenías muy repetidos por aquellos de los que no tenías tantos. Y que decir del chicle, un lujo para los paladares más exigentes. Los chicles DUNKIN siempre fueron buenísimos.

El tema es que los saltimbanqui DUNKIN de la foto que ilustra esta entrada se tratan de MÍS saltimbanqui DUNKIN. Me los ha vendido Javier y han venido de Madrid para mi colección de baratijas de kiosco.

En un ratito de nada, cuando llegue a casa después del trabajo, veré como mi hijo se aburre soberanamente contemplando como su transformer hace ruiditos y mariconadas; yo, en cambio, me lo pasaré a lo grande con mi saltimbanqui... igual se lo dejo ;-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario